miércoles, 30 de mayo de 2007

EL ARTE DE LA COCINA. SAQUITOS DE ESPINACAS

Bueno, bueno, bueno... Escapándome de mis obligaciones como aprendiz de fisio, ofrezco una receta que inaugurará mi "cocina de fiesta" en este blog. Antes de comenzar, quiero aclarar el término de "comida de fiesta". Según el autor intelectual de este blog de cocina, la que escribe sólo cocina en ocasiones especiales, esmerándose al máximo y cuidando los detalles para conseguir unos platos únicos y que se repetirán pocas veces. Aunque cocino algo más fuera de la alta cocina (jajajaja), y mi tortilla de patatas podría ser la mejor del planeta, me centraré en la tarea que me han encomendado.

El comer es un arte, y debemos hacer disfrutar nuestros platos con los cinco sentidos. El juego con las texturas, los colores, la mezcla de aromas, los sonidos al "romper" y por supuesto el sabor, han de estar muy cuidados si lo que queremos es sorprender a nuestros invitados. Parece mucho más complejo de lo que en realidad es. Sólo necesitamos experimentar y tener mucha imaginación. Pondremos un ejemplo sencillo de como atraer cada sentido a la mesa, y seguro que lo veis más claro...
VISTA: Una buena presentación, como la de la foto, sin duda llama la atención. La mezcla de colores (por ejemplo, incluir la típica ramita de perejil del maestro Arguiñano en un plata de colores neutros), nos dará la vida que el plato necesita.
OLFATO: Creo que sobran las explicaciones... Todos hemos llegado alguna vez del colegio, y por la escalera hemos olido el bizcocho de yogur que hacía nuestra madre... ¡Y se nos ha hecho la boca agua!
TACTO: En este caso, nos referimos al tacto con la lengua en la mayor parte de las veces. Las texturas que explosionan en la boca y que nos ofrecen un cambio (como los Trident Splas esos, jajajaa), nos sorprenden y agradan. Por ejemplo, un huevo frito es ya una mezcla de texturas, por la clara cuajada y la yema líquida. Si lo que queremos es que esa mezcla se produzca en un bocado, ¿qué tal con huevos de codorniz fritos sobre un biscote de pan?
OÍDO: Continuando con la mezcla, el oído también se puede estimular mezclando alimentos. En una ensalada, por ejemplo, el crujido de la lechuga rompe con la monotonía. O en una crema de puerros, por ejemplo, la presencia de picatostes le aporta un toque divertido y diferente.
GUSTO: El más importante de todos... Si ves un plato precioso, con un aroma magnífico, una mar que explosiona en la boca con un crujido, pero sabe a rayos y centellas... el plato ha fracasado estrepitosamente.

Lo que intentaremos en este blog, es que tooooooooodos nuestros platos tengan por lo menos un sabor tan espectacular que nos haga olvidar el resto de los sentidos. ¡A disfrutar!
Comenzaremos con un plato sencillo, que nos puede servir a la hora de hacer un pequeño cocktail o buffet libre, o como entremeses.



SAQUITOS DE VERDURAS

Ingredientes:
- Un huevo
- 60 gr. de harina
- Un vasito de leche
- 300 gr. de espinacas
- 100 gr. de queso semicurado (muy, muy recomendado el que Villajos, de Porzuna, aunque es mejor comérselo solo, jejeje...)
- Un Puerro
Aceite de oliva
- Mantequilla
- Orégano
- Sal y pimienta

Preparación:
En el vaso de la batidora mezclamos 40 gr. de harina, el huevo, un chorrito de aceite y la leche, batiendo unos segundos y sin dejar grumos. Sazonamos la mezcla ligeramente y ya tenemos nuestra masa para las crepes. En una sartén pequeña y antiadherente cuajamos unas crepes finas con un poquito de mantequilla. Hay que tener cuidado con el grosor: si son gruesas, parecerán tortitas y los saquitos sólo sabrán a crepe, y si son muy finas, se romperán cuando las rellenemos. La primera de las crepes la desecharemos (es decir, nos la comeremos nosotros) porque tendrá mucha mantequilla y nos habrá salido regular, y cabe la posibilidad de tener que repetir la masa porque sólo hay dos decentes... No os preocupéis, lo más importante es experimentar una y otra vez.
Lavamos las espinacas y quitamos los rabitos largos de las hojas (ahora hay unas bolsas que vienen ya preparadas, aunque yo recomiendo darle otro baño en casa, por si las moscas). Picamos la parte blanca del puerro muy fina, y guardamos lo verde. Pochamos en una sartén el puerro picado y las espicanas con un chorrito de aceite y sazonamos. Espolvoreamos lo que queda de harina y añadimos pimienta, orégano y el queso cortado en daditos, retirando del fuego. Movemos la mezcla y rellenamos los crepes con forma de saquito, que ataremos con la parte verde del puerro (TRUCO: Si la congelamos y descongelamos después a temperatura ambiente, será más flexible y no se romperá al atar los saquitos. Otra opción es usar ramas de cebollino, por ejemplo). Horneamos, en bandeja previamente untada con mantequilla o aceite para que no se peguen, a 180º durante 10 minutos, y servimos calientes.

3 comentarios:

tirkha/MAP/Miguel Angel dijo...

¿qué pinta?
La verdad es que no recuerdo qué tal eran de sabor, pero de aspecto es espectacular.
Tendrás que volver a hacerlos para que podamos juzgar su sabor.

Anita dijo...

¡Qué listo! Tú lo que quieres es comer gratis, ¿¿eh?? Pues yo tampoco recuerdo como sabía el tiramisú...

tirkha/MAP/Miguel Angel dijo...

churururururu
chuchuchu
churururururu
chuchuchuuuu

Fija el día y la hora, forastera....

churururururu
chuchuchu
churururururu
chuchuchuuuu

(qué mal silbo por internet...)